martes, 29 de junio de 2010

Y es tanta mi fé, que aunque no tengo jardín.. ya compre una podadora (RA)

¿Que tanto puede reconocer un defeño su capacidad de creer y soñar?
En una ciudad tan contaminada en donde sino brillas te confundes... los citadinos nos convertimos en personas agresivas, atentas a cualquier movimiento que vaya en contra de nuestras creencias... negativos al poder conseguir lo inalcanzable... negativos a considerar al menos un mínimo cambio en nosotros mismos.
Tan aferrados a sabotear algunas diversiones, nuestras pasiones, nuestros momentos..
Tan sencillo como tener la capacidad de poder mirar a nuestro alrededor y poder descifrar esas señales que te guian al camino no planeado y quizá muchas veces no elegido.. pero al final es ese rumbo que todos buscamos encontrar... hay muchos afortunados que ya lo encontraron... otros que seguimos oliendo los rastros y acercándonos cada vez más.
Después de todo, estamos aquí... en la maravillosa ciudad que te permite marchar, correr, bicicletear, manejar, caminar, cantar, gritar, pelear, beber, reir... y seguir pasando inadvertido por tantos millones de defeños que habitamos este espacio...
Tan lejanos de encontrarnos, tan cercanos de tenernos y tan fácil como comprar dos sandias y tres melones en la esquina de un crucero mucho más baratas que en el mismo mercado...
Tan ordinarios como para no querer mojarnos bajo la lluvia y preferir escondernos como hormiguitas en cualquier restaurante o centro comercial... tan vale madres como para desobedecer señales de tránsito y seguir fumando donde se nos da la gana... Tan ordenados como para pagar un estacionamiento y tan inconscientes como para llenar bares en pleno lunes!!! Tan difíciles de conquistar y tan sencillos para poder soñar.... Hay tantos que se quejan y tantos que disfrutan... tantos que observan y tantos que caminan cegados y con la fortuna de no tropezarse....